Puestos en evidencia, los conductores de esta sectaria organización política se han refugiado en el trillado argumento de la "persecución política", para no ser sometidos a la justicia peruana. Hagamos una apretada síntesis de los hechos:
El Lunes 03 de Enero del año 1,949, Víctor Raúl Haya de la Torre ingresó a la embajada de Colombia en Lima y pidió asilo político declarándose perseguido por el gobierno de Manuel A. Odría. Cinco años después de permanecer asilado en la embajada colombiana, el 06 de abril de 1,954 el gobierno peruano le concedió el salvoconducto para que viaje a México.
Años después, Haya de la Torre regresó al Perú para postular a la presidencia de la república por la alianza política APRA-UNO (Unión Nacional Odrísta), es decir, en alianza con quién lo había perseguido por años.¿¿¿???
El día domingo 31 de Marzo de 1,992, promediando las 7:30.pm, Alan García Pérez, ingresó a la embajada de Colombia en Lima pidiendo asilo diplomático al considerarse perseguido político por el gobierno de Alberto Fujimori. Posteriormente, el 05 de abril del año 1,992, día del auto-golpe fujimorista, Alan García huye del país hacia Colombia desde donde emprende vuelo hacia París-Francia.
Diez años después, en que magistrados vinculados al APRA, prescribieron los juicios que lo habían involucrado en denuncias por enriquecimiento ilícito por 50 millones de dólares en agravio del Estado Peruano, Alan García retornó al Perú para participar en el proceso electoral que lo llevó a la presidencia de la república 2006-2011, periodo en que se le involucra en casos de coimas de la empresa brasileña ODEBRECHT, siendo acusado por propios ex -funcionarios apristas. Lo que determinó que el Fiscal, José Domingo Pérez, solicite y logre su impedimento de salida del país por los próximos 18 meses.
Con Alan García se repite la vieja historia de componendas políticas con sus "implacables enemigos políticos". Cuando huyó del Perú en 1,992, dijo porque el fujimorismo lo quería vivo o muerto. Sin embargo, en los últimos años los peruanos somos testigos de cómo se produce una alianza política-no declarada- entre la mayoría parlamentaria fujimorista y la raleada bancada aprista, traducida en la liberación de cargos a Keiko Fujimori y Alan García, por parte de la híper cuestionada Comisión Lavajato que presidió la fujimorista Rosa Bartra.
Como corolario de esa -no declarada- alianza política espuria, Alan García retornó de España notificado por el Fiscal José Domingo Pérez , llegó vociferando contra el gobierno de Martín Vizcarra acusándolo de perpetrar un Golpe de Estado, lo que fue rotundamente desmentido por el Comandante General de las Fuerzas Armadas. Por otro lado, dijo que en el Perú no había seguridad jurídica, que el arresto de Keiko Fujimori era un abuso. Al ser impedido de salir del país trató de imbéciles a los integrantes de IDEELE, acotando que:se allanaba a la decisión judicial de prohibir su salida del país por los próximos 18 meses.
Sin embargo, una vez más, mientras utilizaba su consabida retórica, estaba gestionando su asilo político en la embajada colombiana en Lima, con el trillado argumento de declararse "perseguido político", cuando lo que intenta es-una vez más- evadir la justicia peruana.
Esperemos que el gobierno colombiano evalúe objetivamente el normal requerimiento de la justicia peruana y no se deje sorprender por falaces argumentos polítiqueros.
Alan Gabriel García Pérez
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