LA DENUNCIA BOMBEA SANGRE AL PERIODISTA
Hace algún tiempo escribí un artículo titulado con "Con Tinta en la Sangre", en que describía conceptos similares al que aparece hace pocos días en la Edición N°12,230 del influyente Diario La República ( mi alma mater), el columnista de contraportada Jason Day, ensaya una descarnada concepción sobre la Libertad de Expresión, Libertad de Prensa y El Derecho a la Información, valores que permiten disfrutar de los demás Derechos Humanos.
Sostiene, que la labor del Periodista está constituida por un ritual que exige altos niveles de Rigurosidad, Compromiso y Mística por lo suyo, que rara vez se conoce o se reconoce: Recolectar Información, Cruzar Datos, Hacer Preguntas, Sentarse en Juicios Orales, Conferencias de Prensa, Observar, Construir un Contexto, Recibir Información Veraz y Completa sobre lo que sucede, ese es el soporte de la libertad de expresión, eso es lo que la alimenta.
Ahora bien, en este mundo de las transacciones, de la compra y venta de voluntades, opiniones y hasta de Derechos, es cada vez más difícil sostener un Periodismo Independiente, libre de compromisos con poderosos acostumbrados a silenciar cualquier publicación incómoda. Pero, incomodar, poner en aprietos, representan el corazón que bombea sangre al cerebro del Periodista. En cuanto, ese corazón se vende al mejor postor, el Periodista deja de ser tal y se vuelve simple cosa intercambiable y modificable por quiénes tienen mucho que esconder.
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