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lunes, 23 de marzo de 2020

REENCARNACIÓN: EN UNA VIDA ANTERIOR ¿VIVÍ EN ARQUIPA?

Escribe: Víctor Hugo Cárdenas Torres
Hay un tema sumamente controversial desde tiempos inmemoriales: LA REENCARNACIÓN, cuya prédica se acentuó en la cultura y religión hindú, habla sobre el renacimiento del alma después de la muerte, especialmente en otro cuerpo humano.
A pesar de haber leído algo sobre este tema, siempre guardé mis reservas respecto a lo paranormal, hasta que conocí a la ilustrada socióloga limeña Imelda Phumpiú Dejo y a su pareja el erudito arqueólogo Manuel Portugal Aponty, quienes me frecuentaban para que los apoye en la edición de su revista cultural-científica denominada:"Magazine Circunfluvial" y, para que los relacione con autoridades, instituciones y profesionales que pudieran contribuir en su proyecto denominado:"Desenterrando la Historia de Cañete".
Sosteníamos interminables horas de tertulia, conversando y analizando una gama de temas de la vida y de la realidad local, regional, nacional e internacional. Ambos eran vegetarianos, por tanto, a la hora del almuerzo y cena solamente tenía que invitarles un plato de ensalada de verduras y hortalizas como sustento alimentario.
Un día Imelda Phumpiú sugirió abordar un tema que dijo apasionarle: La Reencarnación. Aproveché la ocasión para referirle un anécdota que me sucedió la primera vez que viajé a la ciudad de Arequipa.
Textualmente le referí:"Viajaba con mi padre en uno de sus camiones, antes de llegar a la ciudad de Camaná mi padre Pablo Miguel Cárdenas Huamán, me recomendó muy ceremoniosamente: Hijo, vamos a llegar a la casa de un querido amigo al que no veo varios años, no dudo que al tocarle la puerta nos invitará a almorzar, eso sí, sea lo que nos invite hay que comer y decir que estuvo muy sabroso, no podemos desairarlo porque se molestaría con nosotros para siempre.
Efectivamente, el reencuentro de mi padre con su amigo fue muy emotivo, luego vino la invitación a almorzar. Antes pedí permiso para lavarme las manos, la esposa del generoso anfitrión me invitó a pasar al interior de su vivienda. Al ingresar a la vetusta casa Ohhhhhhhhhhhhhhhh sorpresa, cada compartimiento de esa casa me era familiar, sentí que yo había estado allí antes, hasta adiviné que en el fondo había un frondoso árbol de olivo, al lado del pozo del que se extraía el agua con una lata jalada con soga. Hecho que obviamente, me dejó sumamente intrigado, porque era la primera vez en mi vida que visitaba esa ciudad".
¿Tienes o has tenido familiares en Arequipa? me preguntó enfáticamente Imelda Phumpiú, le respondí afirmativamente: Mi abuelo José Miguel Cárdenas Valencia fue descendiente de familia arequipeña. Víctor Hugo, allí tienes la respuesta, en una vida anterior tú vivistes en Camaná, ahora reencarnado vives en Cañete. Todos tenemos una vida pasada, concluyó Imelda Phumpiú.
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sábado, 21 de marzo de 2020

YO TOQUÉ EL ORO DE LA CULTURA NAZCA

Escribe: Víctor Hugo Cárdenas Torres
Siempre he sido escéptico respecto a lo sobrenatural. Sin embargo, en el trayecto de la vida he aprendido a respetar la cosmovisión. Decía mi abuelo José Miguel:"hay personas especiales que tienen oído y ojos para escuchar y ver cosas sobrenaturales".
En la década del 60, mi padre Pablo Miguel me invitó a viajar a Arequipa:"es bueno que conozcas la tierra donde se encuentran las raíces de mi padre José Miguel Cárdenas Valencia" anotó con marcado énfasis.
YO TOQUÉ EL ORO DE LA CULTURA NAZCA
Partimos hacia la legendaria Ciudad Blanca en uno de los camiones de mi padre. Transportábamos un cargamento de papas hacia el Mercado de San Camilo. El clima abrasador del sur peruano hacía tedioso el viaje. Habíamos pasado 30 kilómetros al Sur de Nazca, cuando recalentó el motor del camión, se había roto la faja del radiador. Mi padre me mira y ordena arbitrariamente:"Toma la galonera y regresa a Nazca para que compres una faja para el radiador y traes agua. Yo me quedo porque tengo que cuidar el cargamento de papa".
Sin dudas ni murmuraciones, emprendí el tortuoso retorno a la ciudad de Nazca, a pie, porque por idiosincrasia los transportistas sureños no recogen a nadie en la carretera por temor a ser asaltados. Para no parecer "un loco" que deambulada por la pista, subí a los cerros y caminé bajo el sol abrasador hasta llegar a mi destino.
Luego de comprar la susodicha faja y llenar mi galonera de agua, inicié el nuevo recorrido de 30 kilómetros. Promediaban las 11 de la mañana. El agotamiento físico cobraba ribetes de dramatismo, por el peso de la galonera y el sol abrumador que calaba hasta los huesos. Por ratos, sumamente exhausto caía al arenal y luego de tomar un segundo aire volvía a levantarme para seguir el camino.
En una de esas caídas, al levantar la vista noté que algo brillaba con suma intensidad a unos cien metros de distancia. Me refregué los ojos y moví fuertemente la cabeza de un lado a otro creyendo que estaba sufriendo un cuadro de espejismo. Sin embargo, el resplandor seguía allí. En ese momento recordé que Nazca fue una cultura pre-inca que dejó muchos vestigios de su riqueza material y cultural.
De pronto, en ese árido arenal, donde no crecía nada,  misteriosamente apareció a mi lado un palo, tipo cayado, lo tomé y me acerqué sigilosamente al objeto brillante. A pocos metros descubrí que se trataba de un hermoso huaco multicolor que tenía en la boca un pedazo de tejido como tapón. Rampeando me acerqué al límite y con el palo retiré el textil y di vuelta al huaco para ver que tenía en su interior. Ohhhhh, sorpresa, eran pepas de oro. Rápidamente me saqué la camisa, envolví el tesoro hallado y me lo amarré al cuello.
Cuando iba a reemprender mi camino, de pronto veo al frente multiplicarse los objetos brillantes cada uno a mayor distancia del otro. Por un momento me invadió la ambición y pensé que era la oportunidad de hacerme millonario con tanta riqueza. Sin embargo, intuitivamente miré mi reloj y vi que marcaba las 12 del día, recordé que mi abuelo decía que era una hora muy pesada, hora de encantos, de apariciones, entre otras cosas sobrenaturales. Obviamente, me invadió un profundo temor y opté por retirarme.
Pero, antes clavé fuertemente el palo en la arena para que sirva de señal si decidiera volver por el tesoro. Al llegar al camión, narré lo vivido a mi padre quien al ver el maravilloso huaco multicolor y las pepas de oro, reaccionó como todo ser humano:"Qué importa el camión, qué importan las papas, vamos por el tesoro", dijo resueltamente ingresando a las pampas. Sin embargo, Ohhhhhh decepción, luego de dar vueltas y vueltas por la zona, no encontramos ni el lugar de objetos brillantes, ni el palo que dejé como señal, ni tesoro alguno, por lo que regresamos cabeza gacha al camión, con nuestro frustrado deseo de grandeza.
Al llegar al mercado arequipeño de San Camilo, mi padre distribuyó la papa y me dejó-deliberadamente- encargado de registrar a los comerciantes que nos iban a pagar en cuotas en un plazo de dos semanas. Al atardecer, mi padre retornó risueño, invitándome a comer "lo que yo gustase" en el mejor restaurant típico arequipeño. En la entremesa me comentó que un amigo le había comprado el huaco, oro y tejido que encontré en las pampas nazqueñas. Me invadió cierto sentimiento de rebeldía, pero decidí respetar la decisión de mi padre. Finalmente, él me había invitado a tan enigmático viaje.
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viernes, 20 de marzo de 2020

"MARINGÁ", EL LIDER DE LA FAMILIA CARDENAS TORRES

Escribe: Víctor Hugo Cárdenas Torres
Hoy 20 de Marzo del 2020, se cumplen 69 años del natalicio de mi inolvidable hermano LUIS MIGUEL CARDENAS TORRES, fecha que llevó grabada en el alma, en mi mente y en mi corazón. "Maringá", fue su cariñoso apodo familiar y nombre de batalla en el barrio.
Fue mi hermano mayor, nos criamos como "gemelos" en el barrio bravo de "El Tigre", en la periferia de la capital provincial de Chincha, donde mayores y menores dirimíamos nuestras naturales diferencias a "puño limpio", nadie arrugaba. En ese ambiente de modernos gladiadores, imperaba la figura mi hermano "Maringá", siempre triunfador en todas las contiendas. Pero su nobleza era también enorme, después de cada batalla le extendía la mano al perdedor, lo consolaba y se hacía gran amigo del vencido.
Un día me dijo:"No me pidas que te defienda, salvo que sea estrictamente necesario. Yo te voy a enseñar los secretos de la lucha para que aprendas a defenderte solo". Efectivamente, sus enseñanzas me sirvieron para enfrentarme con éxito a jovenzuelos mucho mayor y de más contextura física que yo. Luego me diría:"Me siento orgulloso de ti, porque no te dejas pisar el poncho"
"Maringá" fue el hermano mayor de 13 hermanos de padre y madre, éramos los engreídos de mi abuelo paterno José Miguel Cárdenas Valencia, a quién también nosotros-recíprocamente-  queríamos como a un padre. La gran diferencia que hubo entre nosotros fue que "Maringá" no era devoto de los estudios, prefirió sumarse al equipo de trabajo de mi padre Pablo Miguel Cárdenas Huamán, mientras yo me dediqué a estudiar con total dedicación en mi alma mater  la G.U.E."José Pardo y Barreda" de Chincha.
En ese trajín, "Maringá" fue con mi padre a residir en Cañete, donde se encumbraron como los más grandes Acopiadores de Algodón "Tanguis", siendo mi hermano el artífice de los grandes logros económicos que alcanzaron.
Como, en toda historia, no todo es color de rosa. Un día cualquiera, "Maringá" ganado por su ímpetu, desafió a los estibadores que cargaban la flota de camiones de mi padre, a ver quien cargaba mayor peso en algodón y cuántos viajes hacían hasta la carrocería del camión. Todo iba de maravilla, "Maringá" les llevaba larga ventaja a sus oponentes, hasta que ganado por el ego, subió la escalera caminando en retroceso, cayó pesadamente al piso y se levantó raudamente sin mostrar gestos de dolor alguno.
Caminaba normal, al rato un anciano vecino que había visto el accidente le recomendó que "se sobe" kerosene en la parte afectada, así lo hizo y dio por terminado el episodio.Pasaron los días y los meses sin novedades, hasta que un día "Maringá" comenzó a sentir cierto dolor en la rodilla que se había golpeado, no le hizo caso hasta que llegó el momento en que el dolor le impedía caminar.
Fue entonces en que mi padre lo llevó a un chequeo médico rutinario. Luego de un exhaustivo chequeo el galeno le dice a mi papá que "Maringá" tenía un bulto negro en la rodilla y por tanto debía llevarlo con urgencia al Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas de Lima (INEN). Luego de los exámenes de rigor los médicos del INEN le dieron a mi padre la más ingrata y triste noticia de su vida y la de nosotros sus familiares:"Maringá" tenía un tumor canceroso en la rodilla que ameritaba la amputación completa de toda su pierna izquierda, según dijeron para que el cáncer no salte a la parte superior del cuerpo.
Allí comenzó el vía crucis de toda la familia. Luego de la operación que se produjo en el mes de Agosto de 1,966, "Maringá" volvió a nuestra casa de Barrio "El Tigre". En las noches nos sentamos a conversar mientras los vecinos jugaban en el camino la tradicional "escondida". Al verlos corretear, mi hermano lloraba desconsoladamente porque él ya no podía hacer lo mismo. Yo lo consolaba diciéndole que mi papá nos había confidenciado que le iba a comprar un carro Volkswagen para que se dedique a pasear y apoyar en el negocio.
Todo parecía volver a la feliz normalidad, hasta que al finalizar Diciembre de dicho año, en vísperas de Navidad "Maringá" se sintió muy mal, por lo que fue llevado de Emergencia al INEN, donde los médicos le dieron a mi padre la infausta noticia de que el cáncer se había generalizado y a mi hermano "Maringá" le quedaban pocos días de vida, por tanto, recomendaron trasladarlo al Hospital San José de Chincha a esperar el desenlace final.
En plena noche navideña, mientras la plaza de armas chinchana era copada por la población, mi hermano retornaba para ser internado en el referido nosocomio. Los días que se sucedieron realmente fueron dramáticos para toda la familia, nadie aceptaba lo que estaba ocurriendo. El 6 de Enero de 1,967, "Maringá" me llamó a su lado y con incontenible llanto me pidió que le jure que yo iba a asumir con todo decisión y responsabilidad ser el nuevo hijo mayor de la familia Cárdenas Torres, y, que defendiera de ser posible con mi vida misma, el bienestar de nuestra querida madre Irene Graciela Torres Díaz y de nuestros hermanos menores. Al día siguiente, 7 de Enero del año 1,967, "Maringá" partió al viaje sin retorno, dejando en la familia un vacío que nunca se llenará. En aquella funesta fecha,sus restos mortales fueron sepultados en el Cementerio General de Chincha, donde reposaron por 50 largos años, hasta que hace 3 años, por acuerdo familiar, lo trasladamos al Cementerio General de Imperial-Cañete, donde duerme el sueño eterno a pocos metros de todos los miembros de la familia Cárdenas Torres que nos han adelantado en el camino a la posteridad.
Hoy, 20 de Marzo del 2020, como le decía en los felices años 60, le reitero:"Maringá", siempre serás el lider de la familia Cárdenas Torres". Abrazo eterno hermano, siempre estarás en mi mente y en mi corazón.
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jueves, 19 de marzo de 2020

SÓLO EL PUEBLO SALVARÁ AL PUEBLO DEL CORONAVIRUS

Escribe: Víctor Hugo Cárdenas Torres
Registro N°811-Colegio de Periodistas del Perú
Director General de la Cadena Periodística
del Perú CCP Noticias.
Más allá de sus letales efectos en la salud de los seres humanos, el COVID-19, viene desnudando-en toda su dimensión- las precariedades en las que sobrevive el aguantador pueblo peruano. Nos coloca frente a nuestra patética realidad. En el Perú no estamos preparados para afrontar ningún tipo de calamidades y/o desastres naturales. Veamos estos 2 factores:
1-  El método más importante para prevenir el contagio del Coronavirus, es LA HIGIENE PERSONAL, en el Perú, son millones los hogares que aún no tienen acceso al servicio del Agua Potable, menos al Alcantarillado. También carecen de estas elementales necesidades miles de colegios rurales y marginales, donde tampoco se conoce el jabón. Lo mismo sucede en terminales terrestres, mercados, paradas y otros centros de concentración masiva de personas.
2- Innumerables hospitales, centros de salud y postas médicas no solamente funcionan en infraestructuras a punto de colapsar sino también carecen de médicos especialistas, de instrumental médico, de medicamentos y reactivos para los análisis.
En estas paupérrimas condiciones estamos enfrentando una de las más letales pandemias de la historia de la humanidad. Por ello, a falta de Políticas de Estado para responder a tan temible amenaza, vuelve a relucir la frase: "El peruano es más grande que sus problemas". ¡¡¡Sólo el pueblo salvará al pueblo!!! Hoy, ¡¡¡todos somos soldados de la patria y de nuestra familia!!!




miércoles, 18 de marzo de 2020

CORONAVIRUS: SEMBRANDO CIUDADANÍA EN EL MUNDO

Escribe: Víctor Hugo Cárdenas Torres
Registro N°811-Colegio de Periodistas del Perú
Director Periodístico de la Cadena Periodística
del Perú CCP Noticias.
Los líderes de las potencias mundiales: China, EE.UU, Rusia, Francia, Alemania, Inglaterra etc. se reúnen con cierta frecuencia en citas cumbres dizque para evaluar las nefastas consecuencias del incontenible Recalentamiento Global.
A pesar de los patéticos testimonios que confirman que estamos en camino hacia una hecatombe mundial, los gobernantes de las potencias mundiales hacen caso omiso a las recomendaciones de los científicos, anteponiendo sus  siempre insaciables intereses económicos.
Irónicamente, para cambiar este estado de cosas, ha aparecido el temible y letal Coronavirus para recordar a todos los seres humanos que no existen límites territoriales, poderes económicos, poderes militaristas, clases sociales, congregaciones religiosas etc. que escapen a esta pandemia.
La República China Comunista, camino a convertirse en la primera potencia mundial, ha sufrido con impotencia la muerte de miles de sus conciudadanos. El Presidente norteamericano Donald Trump ha tenido que "tragar sapos" para aceptar que debía tomar medidas preventivas para evitar la propagación del citado virus. 
De igual manera, la canciller alemana Angela Merkel. Mientras que el Presidente de España Pedro Sánchez, el Presidente de Francia, Enmanuel Macrón y el Presidente de Italia, Sergio Mattarella, aplican medidas drásticas de cierre de sus fronteras y el aislamiento social de todos sus habitantes.
En el Perú, el Presidente de la República, Martín Vizcarra Cornejo, ha asumido el formato europeo, cerrando nuestras fronteras, declarando Emergencia Nacional Sanitaria y disponiendo el aislamiento social obligatorio  en todo el territorio inca.
Mas allá de los efectos letales del Coronavirus a nivel mundial, es innegable que irónicamente, viene siendo el factor principal, por vez primera en la historia de la humanidad, que une voluntades de todos los seres humanos para combatir en conjunto esta pandemia. Dicho en cristiano, el Coronavirus está Sembrando Ciudadanía Global.

  
Foto del miércoles de un empleado con ropas de protección preparado para tomar la temperatura de los visitantes en el aeropuerto de Pekín. Mar 4, 2020. REUTERS/Thomas Peter