Cómo cuesta superar el inenarrable dolor, para escribir algunas dolidas lineas, ante la infausta noticia conocida la tarde de hoy domingo, la inaceptable , irreparable y prematura desaparición física de La Hija Notable del Distrito de Pueblo Nuevo y de la Provincia de Chincha, Mariela Ormeño Torres de Peña.
Reelecta Alcaldesa, con cerca del 50% del voto popular, en el distrito más extenso y más poblado del Sur Medio del Perú, nos releva de mayores y merecidas frases de reconocimiento a su destacada gestión edilicia, a su emblemática trayectoria política, a su indesmayable espíritu de lucha social por sus conciudadanos de los estamentos sociales más deprimidos y vulnerables.
El suscrito, tiene el privilegio de contar, en diferentes etapas, con miembros de la familia Torres desempeñando importantes cargos en el contexto chinchano, iqueño , nacional e internacional. Entre los más destacados, por la enorme repercusión social de su gestión, está la de mi sobrina Mariela Ormeño Torres de Peña, hija de mi prima hermana Olga Torres y de mi primo Carlos Ormeño.
En mi calidad de Periodista, jamás visité su despacho, en razón de la filiación familiar, obviamente, para evitar malévolas interpretaciones de algún opositor político, de los que no faltan en ninguna gestión gubernamental.
En esta hora de desasosiego, comparto como anécdota, que al haber trascendido el trabajo edilicio de Mariela, fuera de las fronteras iqueñas, el año 2013, el ahora Past-Decano del Colegio Departamental de Periodistas de Lima, Lic. Oscar Olórtegui Chávez, me encargó en mi condición de Decano del Colegio de Periodistas en las Provincias de Cañete y Yauyos, que entregara a la Alcaldesa de la Municipalidad Distrital de Pueblo Nuevo-Chincha, Mariela Ormeño Torres de Peña, un Diploma de Honor en reconocimiento a su loable labor edilicia. Confieso que me ganó el día a día y nunca le hice entrega de tan importante galardón, ella nunca supo de su existencia. Ahora, lo entregaré a su esposo en calidad de homenaje póstumo.
El teclado se niega a seguir digitando por este inmenso pesar que me embarga. Por lo que resumo estas modestas y puntuales expresiones, uniéndome al coro de los atribulados vecinos de Pueblo Nuevo y de Chincha, mi tierra natal: ¡¡¡Descansa en Paz Mariela!!! ¡¡¡Siempre te tendremos presente en nuestra mente y corazón!!! ¡¡¡Que tu alma bendita ya disfrute del paraíso divino y eterno de Jehová!!!
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