MISMAS NEGLIGENCIAS, MISMOS DAMNIFICADOS
Desde hace 42 años, guardo en mis archivos, las notas periodísticas donde se da cuenta de los cotidianos azotes de la naturaleza en las archi-conocidas zonas críticas de las vecinas provincias de Cañete y Yauyos, convirtiéndose en un lugar común, año tras año. Por lo que, cada año solo tengo que cambiarles de fecha, porque los infaustos sucesos son repetidos.
Cada año, los mismos actores, los mismos damnificados de huaicos, riadas, deslizamiento de cerros, desbordes , destrucciones y pérdidas humanas y materiales anunciadas.
La historia nos enseña que durante el lejano imperio incaico, ellos aprendieron a conocer, respetar y prevenir los fenómenos naturales que se han suscitado cíclicamente en toda época. De manera que aprendieron a convivir en armonia con la naturaleza.
Paradójicamente,en nuestra época, en pleno Siglo XX1, con toda la tecnología moderna a nuestro alcance, no somos capaces de enfrentar y mitigar las fuerzas de la naturaleza.
Significa ello, que no hemos aprendido nada de las lecciones de nuestros ancestrales gobernantes. En ningún nivel del Estado Peruano existen Políticas Públicas en materia de Prevención y Mitigación de Desastres Naturales. La prueba contundente de esta afirmación es que, ante desastres naturales como los que acaban de ocurrir en Chosica (Lima), Pacarán, Coayllo (Cañete) y en los incomunicados 11 Distritos del Nor Oeste de Yauyos; ni las autoridades del Gobierno Central, ni el Gobierno Regional de Lima, menos las Municipalidades,no han sido capaces de brindar respuesta inmediata.
Las autoridades, de todos los niveles de gobierno, han encontrado en los desastres naturales , la morbosa costumbre de aprovecharse de la entrega de algún apoyo material y logístico para lucirse con las fotos, es decir, trafican con la desgracia y dolor ajeno.
Se necesita una legislación clara, concisa , efectiva y sancionadora, para superar estas genéticas taras de las autoridades que se turnan en todos los niveles de gobierno.
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