LA DEMOCRACIA TEATRAL DEL PERÚ

LA DEMOCRACIA TEATRAL DEL PERÚ

  Desde el final de los regímenes dictatoriales de Juan Velasco Alvarado y Francisco Morales Bermúdez, el año 1,979, a la  fecha, el Perú experimenta con gobiernos de cierta aureola democrática, de gobiernos  nacidos de propaganda electoral, de gobernantes "auspiciados" por capitales de dudosa procedencia, de gobernantes elegidos por un mayoritario sector del electorado nacional acostumbrado a la cultura del clientelaje político, mal acostumbrado a la  hipoteca de su conciencia por un plato de lentejas, al extremo de llevarlo a expresar: "que roben pero que hagan obras". A un electorado y vastos sectores de la población  peruana, convertidos-por voluntad propia- en cómplices de corruptos gobernantes nacional, regional y  municipales, gobernantes que negocian sus responsabilidades administrativas, civiles y penales con malos integrantes de entidades supuestamente fiscalizadoras de la gestión pública, para conseguir la prescripción de sus flagrantes delitos, hasta el escandaloso archivo de sus procesos penales. Es decir, una población peruana habituada a la cultura del fraude.

        Como nunca antes sucedió, la campaña electoral 2016, está exponiendo ante la vindicta pública nacional e internacional, la real calaña de muchos de sus  participantes-salvo  honrosas excepciones. Re-actualizándose frases como: "La plata viene sola", "plata como cancha", hasta las escandalosas denuncias de presuntos auspicios electorales con millones procedentes del  lavado de activos, al extremo de que en el ámbito internacional se refieran al Perú con el abominable calificativo de Narco-Estado.

   Es la patética realidad que- en especial- el electorado peruano debe comenzar a revertir a partir del próximo 5 de Junio, con el poder del voto en   sus manos, a fin de bajar el telón de  la democracia teatral que vive el Perú.