Recuerdo que en los años 70, cuando conduje mi primer noticiario, EL AMAUTA, que se transmitía por la legendaria Radio Imperial de Cañete 1,100 Kilociclos en Amplitud Modulada, sostuve una esclarecedora entrevista con el entonces hombre fuerte de la Sociedad de Beneficencia Pública de Cañete, don Amadeo Chamochumbi, respecto a la necesidad de planificar y ejecutar obras vitales para esta provincia, entre ellas, la construcción de un moderno Cementerio General de Cañete con proyección mínima para 100 años, tal como ya lo tenía la vecina provincia de Chincha.
Planteamiento que hice en consideración, que por entonces, ya se vislumbraba que el actual camposanto sanvicentino era relativamente pequeño.En consideración que, Cañete iba a tener un crecimiento demográfico no solamente de su propia población sino también por el incesante flujo migratorio procedente de las zonas andinas colindantes así como de la costa centro- norte-sur del país.
Posteriormente, la propuesta de Construcción del nuevo Cementerio General de Cañete la incluí en un listado básico de obras de infraestructura contenidas en el Plan de Desarrollo Estratégico de Cañete que suscribí con Enrique Núñez Palomino y Segundo Díaz de la Cruz, para que se proyecten y ejecuten en el corto y mediano plazo. Incluso, señalaba que el lugar donde se debía construir el nuevo camposanto cañetano debía ser en la Pampa de Clarita, por ser la indiscutible zona de expansión urbana de la capital provincial, con más de 27 mil hectáreas de tierras eriazas.
Han transcurrido cerca de cinco décadas desde que lanzamos dicha propuesta y ninguna de las obras de infraestructuras que se plantearon fueron recojidas por los gobernantes municipales que se han turnado en el tiempo. Unos por falta de visión de futuro, otros por no entender la palabra Planificación, otros por indolencia con el pueblo que los eligió, otros porque antepusieron sus protervos intereses personales al desarrollo de Cañete.
Hoy nos encontramos en el mes de Abril del Año 2020, en que el peor flagelo de la humanidad COVID-19, nos pasa la factura de la verguenza: Cañete no tiene un cementerio donde sepultar a las víctimas del Coronavirus. ¡¡¡Que tal lisura!!!
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