FUJIMORI: EL FINAL DE UN SÀTRAPA EN EL PERÚ
No es necesario ser anti-fujimorista para
asumir una posición objetiva frente a la decisión del Presidente de la República,
Ollanta Humala Tasso, de negarle el beneficio del Indulto Humanitario al sátrapa
Alberto Kenya Fujimori Fujimori.
Por principio, en lo particular, no me
suscita ningún tipo de simpatía el gaseoso régimen gubernamental de Ollanta
Moisés Humala Tasso, por su origen mesiánico, semejante al fujimorismo y, por
sus antecedentes de militar verticalista que cree que todos deben agachar la
cabeza y cumplir sus designios sin dudas ni murmuraciones, creyendo que todo el
pueblo peruano es su tropa subalterna. Es decir, con evidentes inclinaciones
"chavistas".
Sin embargo, suscribo la decisión de
Ollanta Humala Tasso, de no conceder el indulto a un reo convicto y confeso que
se niega a admitir su ineludible responsabilidad en la nefasta política
genocida que aplicó durante sus años de gobierno, método que el sátrapa Alberto
Kenya Fujimori Fujimori llamó "acciones de baja intensidad”,
cumplidas al pie de la letra por el tenebroso y sanguinario Grupo
"Colina".
Por ejemplo, aún guardamos en nuestra
retina el horroroso cuadro del niño destrozado por armas de guerra que utilizó
el genocida Grupo "Colina" en su sangrienta incursión en Barrios
Altos. Aun, nuestra curtida experiencia en el terreno periodístico no nos
sirvió para asimilar semejante atrocidad de ver las vísceras del niño pegadas
en el techo, así como sus miembros superiores e inferiores diseminados por todo
lado. Ese horripilante crimen de lesa humanidad es imperdonable, no tiene
atenuante alguno.
Alberto Fujimori Fujimori gozó con ese
incalificable crimen premiando a los psicópatas del Grupo "Colina",
según lo han escrito los más notables investigadores periodísticos del país,
desde las páginas de la Revista Caretas y del Diario La República, entre otros.
Sería largo de enumerar los actos de
salvajismo represivo del nefasto gobierno fuji-montesinista, que no solamente
no respetó para nada la vida humana sino que también se constituyó en el
gobierno más corrupto e impresentable de toda la Historia Republicana del Perú,
sometiendo a todas las instituciones representativas del país y; para colmo de
males compró las conciencias de genuflexos políticos y periodistas, al servicio
de los inconfesables propósitos fuji-montesinistas.
De manera que un sujeto como Alberto
Fujimori, con las manos ensangrentadas, con sus actos maquiavélicos, sin la
mínima calidad moral, no tiene derecho a exigir un trato
"humanitario" que él nunca lo tuvo con las víctimas de su macabro
régimen gubernamental. Por lo menos, debería respetar el
"código" de otros sátrapas latinoamericanos como Rafael Videla de
Argentina, quién murió recientemente en la cárcel sin pedir la misericordia de
nadie. Es la única forma de sentar un ejemplar precedente para que en lo
sucesivo no aparezca en el Perú otro sátrapa de dichas características.
Sus familiares, co-partícipes de tan
oscuro y vergonzoso régimen gubernamental, deben tener más sangre en la cara y
no salir con el "cuento" de que Fujimori liberó al Perú del
narco-terrorismo. Recuerden que su “tío” Vladimiro Montesinos negoció- como
gobierno- con los más grandes narcotraficantes peruanos como el también tristemente
célebre “Vaticano”.
Los “cachorros” de
Alberto Kenya Fujimori, no tienen calidad moral para hablar de corrupción,
recuerden que todos ustedes siguieron estudios universitarios en los Estados
Unidos de Norteamérica etc. pagados con plata extraída ilícitamente del
bolsillo de todos los peruanos ,por cuanto, según confesión de parte del propio
Fujimori, decía que su sueldo como Presidente de la República era de DOS MIL
SOLES,¿ de donde sacaba la plata para pagar sus estudios universitarios, pensión, casa y otros gastos de sus
hijos en el extranjero.
Acaso los “cachorros”
de Alberto Fujimori creen que el Perú es una nación de retrasados mentales que
no sabemos discernir sobre los hechos ocurridos y; que lamentablemente fueron
silenciados por la prensa “vende patria” que siempre existió e incluso hasta
nuestros días. Se prendieron de la “teta” del fuji-montesinismo por un puñado
de soles.
En síntesis, no puede abogar por indulto humanitario
alguien que aplicó una nefasta política de crímenes de lesa humanidad.¡¡¡Que
tal con.....ciencia!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario