EL RETORNO DEL LEGENDARIO "MARINGÀ"
Que difícil es hilvanar frases cuando se trata de un hecho de tanta emotividad, contenida por 48 años, desde el año 1,966, en que experimentamos la ingrata pérdida de mi hermano mayor, LUIS MIGUEL CÁRDENAS TORRES, apodado cariñosamente como "Maringà", cuando apenas cifraba los 14 años de edad.
Su prematura partida, determinó que mis inconsolables padres decidieran partir, con toda la familia, hacia la vecina y hospitalaria provincia de Cañete, llegando a radicarnos en el distrito de Imperial, esquinas de los jirones 28 de Julio y Huancayo, casa alquilada a la familia Ravelo, lugar donde mi hermano "Maringà", residió durante sus dos últimos años de vida, hasta que el Instituto Nacional de Neoplásica dictaminó que padecía de un cáncer terminal al hueso de la rodilla izquierda, generando el más duro y traumàtico golpe emocional a toda mi familia.
Con el paso de los años, nunca se secaron las lágrimas de mi familia, padeciendo estoicamente la inevitable partida de tan querido ser. Lo recuerdo, de manera especial, por haber sido el compañero inseparable de tantas horas de alegrías y tristezas vividas durante nuestra niñez, en la cálida casita del barrio "El Tigre" en Chincha Alta, barrio donde "Maringà" se convirtió en indiscutible líder de la muchachada. Era el de las iniciativas para ir en vacaciones a trabajar en las parras de la bodega "Solari", espantando pájaros para que no picoteen las uvas. Era quién paraba el pleito cuando algún matón de otro barrio amenazaba a un "tigreño", llegándose a fajar con morenos más corpulentos y de mayor estatura, a quiénes vencía con su clásica llave "El Cerrojo", ganándose el respeto de la muchachada de los barrios vecinos.
Mi abuelo "Miguelòn" lo tenla como el favorito entre sus numerosos nietos. Al amanecer de cada domingo nos enviaba a vender sus exquisitos tamales a cuestas de acémilas, colocando como "mariscal de campo" a "Maringà", llegábamos a diversas campiñas de Chincha Alta, donde eran esperados y requeridos los ricos tamales de "Maringà". También en el colegio "563" de Chincha Alta, estudiantes y profesores conocieron de las dotes de líder del gran "Maringà", apodo que se ganó cuando, apenas aprendía a caminar, bailaba y tarareaba las rítmicas letras entonadas por Leo Marini con la legendaria Sonora Matancera.
Aún guardo en mi mente y en mis retinas, imborrables hechos y anécdotas compartidos con mi recordado hermano "Maringà", tendría que escribir un libro con la breve pero fructífera vida de quién se convirtió en el baluarte y brazo derecho de los negocios de mi padre, tanto en Chincha, Pisco, Ica,Palpa, Nazca y Cañete. La mayor parte del éxito empresarial que consiguió mi padre se debió a la sagacidad y carisma de mi hermano con los agricultores del Sur Medio del Perú. Después de su partida, me cupò la enorme responsabilidad de asumir el espacio dejado, una valla sumamente alta que, con el acicate de su recuerdo, logré acercarme a cumplir tan inmensa responsabilidad.
Hoy dìa Sábado, 1 de Marzo de 2014, después de 48 años en que "Maringà" se quedó sólo en un nicho del camposanto chinchano, por decisión unánime de mis hermanos: Juan Miguel,Rina Plácida, Ruth Marisella,Pablo Miguel, Luis Miguel, Gabriela Marcela, Juan Pablo y el suscrito Víctor Hugo, nuestro hermano "Maringà" es trasladado desde Chincha hacia el Cementerio General del Distrito de Imperial-Cañete, donde reposará eternamente al lado de mis padres Pablo Miguel Càrdenas Huamàn e Irene Graciela Torres Dìaz y de mis hermanos que se han adelantado en el viaje eterno: Jorge Luis, Aurora Graciela y Luis Enrique Càrdenas Torres. Es decir, después de 48 largos años, la familia se vuelve a unir, en Imperial, nuestro segundo y definitivo hogar.
¡¡¡BIENVENIDO "MARINGÀ"!!! ¡¡¡NUEVAMENTE JUNTO A TUS PADRES Y HERMANOS!!! ¡¡¡TE QUEREMOS INFINITAMENTE!!! ¡¡¡SIGUE GOZANDO DE LA DICHA ETERNA EN EL PARAÍSO DIVINO DE JEHOVÀ!!!
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